jueves, 31 de diciembre de 2009

SEÑALES ELECTORALES...



El No de Curahuara de Carangas


El rechazo de la población del municipio de Curahuara de Carangas – Oruro-, a convertirse en Entidad Autónoma Indígena Originaria Campesina hace parte del conjunto de señales electorales cuyo significado no puede minimizarse. Que uno de los municipios emblemáticos, no solo por su carácter predominantemente indígena sino por ser uno de los municipios rurales andinos más exitosos, haya votado a favor de conservar un modelo de gestión vigente – democrático y republicano- no indígena no es poca cosa.

De acuerdo a Rómulo Alconz, Alcalde de Curahuara, el rechazo de comunarios sería una reacción a formas de imposición ejercidas por algunas autoridades del lugar además de expresar una actitud colectiva que entiende el cambio autonómico como proceso gradual y consensuado. Lo cierto es que, con este resultado, la próxima elección de autoridades y futura gestión municipal tendrá como referencia la legislación contenida en el código electoral, en las leyes de Participación Popular y de Municipalidades además de aquellas reformas resultantes de un nuevo ordenamiento constitucional. Curahuara, municipio eminentemente indígena y andino, descartó la posibilidad de adaptarse a formas ancestrales de elección y organización de gobierno local.

Sin embargo, las razones anotadas no son suficientes para explicar este voto. Se ha señalado que la juventud y las mujeres jugaron un papel clave al dudar de los eventuales beneficios de un régimen municipal centrado en “usos y costumbres”. Habrían votado advertidos del riesgo que, prácticas machistas y resistentes a la innovación, significaría para la sostenibilidad de avances impulsados en años de gestión democrática municipal y de vigencia de la Participación Popular. En Curahuara, su población experimentó las ventajas de abrirse a las oportunidades del mundo global, al turismo y a múltiples iniciativas de desarrollo local. Su voto constituyó no solo un verdadero espaldarazo al esfuerzo persistente por rescatar lo mejor de la tradición y de la democracia representativa – liberal y colonial para el oficialismo - sino también el reconocimiento a la fusión creativa de mecanismos participativos e instrumentos administrativos, contables, financieros y de fiscalización modernos de gestión pública.


No se conoce aún cuán efectivos serán los mecanismos de gestión y fiscalización del autogobierno indígena por la que apostaron 11 municipios que participaron en la consulta del 6 de diciembre. Mientras unos idealizan y exaltan las promesas de más eficiencia y transparencia de lo indígena, otros señalan que, las formas propias y ancestrales de gobierno, serán buen pretexto para eludir controles que bloqueen prácticas discrecionales, corruptas y autoritarias propias de las deformaciones y excesos del comunitarismo colectivista.

Si bien solo Curahuara de Carangas se pronunció por el No, nadie duda de que este resultado constituye una señal que obliga a redimensionar las posibilidades reales de instalar con éxito formas de autogobierno ancestrales. Llamó la atención un comportamiento desigual y diverso del voto en otros municipios. Así como Tarabuco le dijo Si a la autonomía indígena con un contundente 90%; en otros, como Jesús de Machaka, Charagua y Chayanta los resultados fueron ajustados, siendo reflejo de fracturas socioculturales internas que tensionan a vecinos y comunarios en contextos urbanos y rurales de escasa población. Todo indica que la propuesta comunitarista indígena encontrará en estos espacios municipales una oportunidad de demostrar sus ventajas sin descartar que la misma realidad se encargue de desahuciar, estructuralmente, su viabilidad dada una pluralidad sociocultural incompatible a modelos de gobierno indígenas puros u homogenizantes de la realidad municipal.

SEÑALES ELECTORALES: La cuestión Indígena


Circunscripciones especiales indígenas

Confirmada la victoria electoral del MAS y, mientras la atención mediática y política coloca la mira en la próxima cita electoral subnacional a realizarse en abril aún no se agota el análisis de la rica, variada e inédita información recogida el pasado 6 de diciembre. En efecto, no hay duda de que la representación política de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) sorprende y sorprenderá por varias razones.

Una primera se refiere a la presencia de un 30% de asambleistas mujeres, destacando el histórico incremento porcentual de 3% al 46% de mujeres titulares electas en el Senado quienes modificarán radicalmente el mosaico de la representación de la Cámara Alta. Ello es notable, el súbito incremento de una a 17 senadoras no es poca cosa. Es un hecho que revertirá el inevitable sentimiento de aislamiento y soledad que, de tanto en tanto, invadía a las 9 Senadoras titulares electas durante del primeros 25 años de democracia.

Lo que sí fue nuevo ha sido la elección no solo de siete diputados indígenas especiales sino también la respuesta diversa a la consulta ciudadana sobre la adopción de la condición de Autonomía Indígena Originaria Campesina realizada en 12 municipios del país. El análisis de la cuestión indígena, expresada en las cifras de la inclusión, participación y orientación del voto de la gente; ha dejado mucha tela y varios mitos que recortar.

Un primer dato que llama la atención es la reducida participación de electores habilitados para la votación en las circunscripciones indígenas especiales. De un total de 90.952 electores originalmente previstos en siete departamentos que contaban con una circunscripción especial indígena emitieron su voto menos de la mitad (49.2%) siendo válidos los votos de apenas el 35.3 %. La brecha existente entre la expectativa de participación y cantidad efectiva de votantes es significativa. Este ausentismo constituye una señal por demás llamativa, mas aún considerando que, en la misma jornada electoral y para la elección presidencial y de los nuevos parlamentarios de la democracia representativa la concurrencia de electores fue extraordinaria ¡superó el 94%!

Este ausentismo ¿no será reflejo de una resistencia pasiva o indiferencia a una propuesta de representación indígena que más parece ser una construcción discursiva etnocéntrica forzada de cúpulas políticas e intelectuales divorciada del sentimiento de las verdaderas bases indígenas? Todo indica que las siete circunscripciones especiales son suficientes para representar los intereses y demandas agregadas de estos pueblos hoy reconocidos, debiendo repensarse la posibilidad de ampliar el numero de escaños a 15 o mas para pueblos cuyas poblaciones no superan los 2000 habitantes. Es el caso de Cochabamba cuya circunscripción indígena – Yuqui/Yuracaré- cuenta con 518 electores, o el caso particular de Pando con 1.859, de los cuales votaron 1361, arrojando un resultado favorable al binomio Manfred- Leo. ¡ Qué paradoja!.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Despues de las elecciones: ¡¡¡Desafios y Dilemas!!

DESAFIOS Y DILEMAS DEL CAMBIO

En política, como en el cacho lo que se ve se anota. El “evismo” avanzó para consolidar su condición de bloque político hegemónico en el escenario nacional. No queda duda, las elecciones fueron históricas dada la concurrencia extraordinaria de una diversidad de factores que marcaron el inicio de una nueva fase del proceso constituyente. Hoy, no hay excusas, el peso de la responsabilidad total del cambio recae sobre la nueva élite política ahora empoderada. La inclusión se consolida como parte irreversible del cambio político promovido en democracia confirmándose una vez más, el notable desarrollo y maduración de la cultura electoral del pueblo boliviano.

El triunfo y los dos tercios obtenidos bastan y sobran. ¡Tan holgado es su margen de representación el Órgano Legislativo! que según un trascendido, “le permite hasta una mínima cuota parlamentaria de posibles traidores o disidentes internos”. Corresponde anotar que el nuevo texto constitucional modificó el rígido 2/3 del total de miembros de ambas cámaras o de la Asamblea por 2/3 del total de miembros presentes en sala más fácil de controlar. Allanado el camino para cumplir una trascendental agenda legislativa que le permita cristalizar la reforma estatal sin sobresaltos, el MAS no tiene excusa para eludir la responsabilidad de gobernar, de hacerlo bien y con resultados verificables en el tiempo.

Aunque los resultados de Pando son portadores de mensajes que los duros del gobierno deberán asimilar críticamente; en términos regionales, la estrategia oficial de posicionamiento en los departamentos de la media luna, fue exitosa pero no suficiente para derrotar a su bloque político social mayoritario. En este empeño, no escatimó recursos ni escrúpulos. El MAS pintó de azul el paisaje político nacional, resolviendo la crisis de representación política de una parte de la sociedad. En la media luna, pese a la crisis y equívocos de su dirigencia más conservadora, la bipolaridad política – no necesariamente bipartidista- constituye el dato más relevante de una oposición regionalizada que insinúa la reconfiguración del mapa político subnacional, carente aún de un instrumento político y liderazgo que lo represente e insuficiente para articular una verdadera alternativa nacional

Ante la consolidación de un presidencialismo fuerte encarnado en el liderazgo caudillista depositario de las esperanzas de las grandes mayorías , queda claro que la política y las tensiones de la diversidad y la pluralidad se trasladan a las entrañas mismas del MAS –IPSP, en tanto movimiento confederado complejo y hasta contradictorio en su composición e intereses. Y es que detrás del 63% de votos, coexisten visiones diversas de cambio no siempre compatibles y, en su mayoría, resistentes al socialismo del siglo XXI, del Chavismo de exportación que mira a Bolivia como enclave privilegiado en tiempos adversos para su expansión hemisférica.

¿Será fácil acelerar el cambio considerando la promesa de reinstalar el dialogo y el debate en el tratamiento legislativo con la minoría, independientemente de su peso aritmético? Esta es una pregunta clave dada la responsabilidad del órgano legislativo, la urgencia de revalorizar la política y fortalecer el pluralismo democrático. El cambio incuba promesas y amenazas, dilemas irresueltos que el MAS no podrá eludir en este nuevo período. Deberá resolver la disonancia entre discurso radical y gestión política moderada, entre etnonacionalismo y nacionalismo revolucionario modernizador renovado. Analistas “procambio” sostienen que la misma historia obligará a atenuar dogmatismos ideológicos, a regular el entusiasmo neoindigenista radical o la nostalgia de un Estado empresario. Estas preguntas suman y no son inocentes.