jueves, 1 de mayo de 2008

¡Ay, doña Peque!, ¡ay, propaganda! ( 1º de Mayo, 2008)

Hace semanas que la Representación Presidencial para la Asamblea Constituyente (Repac) nos tiene saturados con la propaganda a favor del Sí a la propuesta constitucional del MAS. Si algo de bueno tiene este Gobierno, que no tuvieron los anteriores, es su estrategia comunicacional, eficaz, como toda buena propaganda, para desinformar, decir medias verdades y confundir aún más a la gente. Son varios los elementos irritantes del frenesí propagandístico impulsado por una entidad dependiente del Estado. Un primer elemento tiene que ver con su costo; son millones los que se destinan para la machacona intención de convencer a la gente sobre las virtudes de algo que tuvo un nacimiento nada virtuoso. No faltan mensajes que falsean situaciones. Muestran como novedad del nuevo texto principios ya contenidos en la Constitución vigente.
Y, ¡ojo!, ese dinero no viene de la cooperación internacional. Desde diciembre, la cooperación oficial de organismos internacionales al proceso constituyente ha sido progresivamente suspendida. Conste, no me refiero a la cooperación venezolana, cuya proliferación nos malacostumbra reforzando prácticas prebendales y la falta de transparencia. En realidad, la cooperación habría congelado su apoyo a todos los frentes gubernamentales y no gubernamentales, incluyendo a aquellos autonomistas. Al menos fueron ecuánimes al no apostar por ninguno por los efectos perversos que la polarización conlleva.
Hace ya unas semanas, el representante de la Repac declaró que había recursos del TGN presupuestados para financiar esta fase ‘informativa’. ¿Es correcto que se insista en una propaganda que no será sometida a una consulta ciudadana en el corto plazo? En realidad si se continúa, es porque a juicio de sus astutos y creativos promotores está funcionando. ¿Informar es lo mismo que difundir parcializadamente? Por supuesto que no. Los mensajes contradicen el criterio gubernamental referido a que uno de los defectos de la consulta autonómica es que nadie ha sido informado sobre los estatutos autonómicos y que se votará a ciegas. En realidad, los estudiosos señalan que una de las debilidades de las consultas populares, cuando de documentos complejos se trata, es precisamente eso, que es muy poca la gente que deposita su voto a favor o en contra basada en conocimiento, convicción y discernimiento de su contenido. Más que validar una propuesta, el voto expresaría afectos, confianza y simpatía respecto a los promotores de una u otra alternativa.
Por otra parte, queda claro que la propaganda de ‘doña Peque’, la quejumbrosa y alarmista mujer, está dirigida a disipar los miedos que se ciernen sobre los sectores medios urbanos. Un sector desorientado por dimes y diretes de la contrapropaganda difundida por el ciberespacio, entre otros medios. Es ofensiva por proyectar la imagen bobalicona de mujer y de un sector medio compuesto por miles de bolivianos laboriosos y querendones de su patria.
Además de expresar molestia frente al efecto deformador de esta propaganda, somos varios los contribuyentes que protestamos por la sobredosis de píldoras propagandísticas. Si alguna fuerza tuvieran estas líneas, que sé que no la tienen, convocaría a la Repac y a quienes promueven un verdadero pacto para que se lance un ciclo informativo sobre ‘lo bueno, lo malo y lo feo’, no sólo de la maltrecha y casi desahuciada nueva Constitución, sino también del Estatuto Autonómico de Santa Cruz, radicalizados a último momento como respuesta frente a tanto desatino. Sería interesante hacerlo, ¡con música, voces afinadas y nada estridentes! Ojalá suceda después del 4 de mayo y del paquete demagógico que se anuncia para hoy 1 de mayo.