martes, 19 de mayo de 2009

CONFLICTOS Y RUPTURAS EN BOLIVIA: PACTOS POSIBLES.


La conflictividad en Bolivia es compleja y abarcadora de un vasto campo de temas y motivos que la alimentan, y no debe entenderse como una mera sumatoria de conflictos. Considero que desde al año 2000 y aún hoy en Bolivia seguimos viviendo un momento constitutivo que no termina de avizorar un horizonte de soluciones y sostenibles a través de un nuevo pacto social.


En el escenario contencioso del país, no se equivocan quienes sustentan que el proceso constituyente coincide con la evolución de una crisis extraordinaria y expresa la “síntesis del conflicto boliviano”. Para su resolución esperamos encontrar vías sostenibles de institucionalización, que permitan – como dicen varios expertos- “metabolizar o domesticar el conflicto”[1] sin que el orden democrático se quiebre. Los pactos, por tanto, demandan de voluntades creativas, patrióticas y visionarias que dinamicen los encuentros y generen las condiciones objetivas y subjetivas para construirse. Mientras aquello no ocurra, no habremos transitado hacia un nuevo ciclo político, social y económico en el país.

La comprensión de esta conflictividad nos obliga a identificar ejes o tensiones históricas centrales y recurrentes de los que se desprenderían manifestaciones múltiples de conflictividad. Para efectos del análisis se mencionan tres ejes de contradicción principal, cuya identificación es coincidente con múltiples análisis teóricos, conceptuales y lecturas políticas de las causas o “clivajes” que caracterizan el presente momento histórico
[2], a cuya acción combinada o interrelacionada me refiero como la trilogía de la conflictividad en Bolivia.

La trilogía de ejes de ruptura involucran un primero de orden Étnico Cultural, la segunda la Político Territorial y una tercera Económica Social, los mismos que, al tener carácter histórico, aflorar y se sumergen recurrentemente. A lo largo de la historia estas tensiones se manifestaron a través de pactos y quiebres, crisis y continuidades. (Ejemplos: Rebeliones indígenas, “Guerra Federal” entre Conservadores versus Liberales, entra Chuquisaca y La Paz a finales del siglo XIX, Guerra del Chaco, Revolución del 52, Luchas por las regalías, Instauración democrática – marcha Indígena, etc.)


La crisis territorial de Estado y del sentido de cohesión nacional no sólo tienen como causa el impulso de las contradicciones entre nación-regiones que aspira a un Estado Autonómico, sino también contradicciones urbano - rurales cuya comprensión nos remite a otros ejes de ruptura que cierran el triangulo. (Los pactos y rupturas territoriales han sido analizadas con profundidad por José Luis Roca y Rossana Barragán
[3])

Otro eje de ruptura estructural tiene que ver con la exclusión étnica cultural (nombrada como discriminación o racismo), que ha posicionado discursos y elaboración teórica que interpelan el neo colonialismo interno y plantea la construcción de un Estado Plurinacional y la búsqueda todavía contradictoria de espacios de convivencia intercultural.

Finalmente, en la base del triángulo del conflicto esta el eje económico social que se expresa en profundas desigualdades sociales y económicas. Coloca en el centro del debate y contradicción el reto de pactos productivos, económicos y distributivos directamente vinculados a la base material del desarrollo.

La dimensión económica productiva con su complemento distributivo, es una variable de alta potencia e necesaria para encarar la resolución o disminución de los otros ejes de ruptura. Dicho de otra manera, “un pacto productivo económico que expanda las bases materiales de reproducción y distribución del producto social es imprescindible no única para resolver los otros ejes de contradicción territorial y étnico cultural” o “un pacto de convivencia intercultural entre diversos es y será mas fácil si se resuelven de manera sostenible brechas y distancias en la base económica productiva y las condiciones de acceso a bienes y servicios”.

Como telón de fondo de esta trilogía coloco a la Cultura Política, que tiene que ver con la persistencia de mentalidades y prácticas políticas y sociales que nos empantanan de modo perverso, son la barrera que nos entrampa en la lógica política de AMIGO – ENEMIGO, que no facilita el camino al verdadero CAMBIO. El cambio que debera ROMPER con la inercia del PENDULO CATASTROFICO, que nos coloca en extremos cíclicos, irreconciliables, radicales en sus propuestas.

Aquí quiero referirme a la teoría de las siete “M” anti pacto que sostienen proyectos fundamentalistas: Maximalismo, Maniqueismo, Mediocridad, Machismo, Mediatización espectacularizada, Movimientismo espontáneo y Mitomanía demagógica. Los pocos actores que realizan esfuerzos por salir de estas lógicas, no son precisamente los más populares en estos tiempos de exacerbación de la palabra.

Se reafirma el principio que para su resolución, todas estas líneas de ruptura demandan de nuevos pactos y de su cristalización en transformaciones políticas y sociales. Estos pactos o acuerdos político sociales son de distinto alcance, Territorial, Intercultural, Productivo y Fiscal y Redistributivo que legitimen y garanticen las condiciones de gobernabilidad imprescindibles para cristalizar la reforma estatal, la construcción institucional y futura gestión del ahora llamado Estado Plurinacional y Autonómico, a mi criterio mas simbólico que aplicable.

Invito a reflexionar sobre estos temas – factores - estructurales y coadyuvantes que vigorizan el conflicto nacional en todos los niveles y NO nos permiten resolver no solo el empate catastrófico – como lo llamaba el Vicepresidente Álvaro García Linera, sino ante todo, revertir y romper el Péndulo Catastrófico de una historia que nos permita dar el salto hacia adelante y emprender un verdadero cambio.

[1] Cesar Rojas, reflexiona sobre la relación entre conflicto y democracia en el artículo “Alquimia democrática. Conflicto, democracia y política”, Editorial Plural, Unir, 2008.
[2] PNUD, IDEA, FBDM,. La representación política en Bolivia: Tendencias y Desafíos, Brockmann, Erika y otros autores, 2006.

[3] Barragán, Rossana y Roca, José Luís (2005). Regiones y poder constituyente en Bolivia: Una historia de pactos y disputas. PNUD, Bolivia Pág. 27.